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October 23, 2025Texto: Armando Cerra (@dossomos_dos)
Fotos: Mónica Grimal (@photo_mgrim)
Un “Bom dia, seja bem-vindo” y una enorme sonrisa nos recibieron en la recepción del hotel Mama Shelter de Lisboa. Y a partir no cesó el fabuloso “portuñol”, la mezcla de portugués con español, para guiarnos durante los días de estancia en la acogedora ciudad de la siete colinas.

De hecho en una de zonas altas se encuentra el Mama Shelter lisboeta, a un paso del Jardín Botánico y muy cerca de arterias del callejero local como el bulevar de la avenida da Liberdade o la plaza Marques de Pombal. O sea, nos alojamos en un punto estratégico para poder descubrir los muchos encantos de la ciudad. Pero eso lo haremos mañana, porque de momento vamos a disfrutar con la invitación a divertirse que se respira desde que se ponen los pies en este hotel.

Ese ambiente informal, incluso algo descarado, es la piedra angular de la firma hotelera Mama Shelter. Solo así se explica que lo primero que hayamos visto en la puerta sea un futbolín y un gran cartel que anuncia la sesión de DJ que al atardecer amenizará los cócteles en el rooftop. El espíritu desenfadado domina por completo el alojamiento y también inspira todos los objetos de merchandising que ojeamos antes de hacer el check-in. Quién sabe si cuando dejemos el hotel, nos hacemos con alguna de estas tazas o una colorida prenda de las que se venden. Será una buena forma de llevarnos a casa algo de la alegría de esta marca, la cual nació en 2008 en Francia pero ya está presente en varios países europeos, así como al otro lado del Atlántico y en el Sudeste Asiático.

Aunque no corramos. Todavía faltan unos días para irnos. Así que llega el momento de subir a la habitación a dejar el equipaje. Y de nuevo una sorpresa. Se abre el ascensor y aparece una réplica en dos dimensiones de vetustos tranvías lisboetas, en el cual nos subimos virtualmente hasta la planta donde nos alojamos.

En realidad, en toda la decoración del Mama Lisboa hay guiños a la ciudad y a la cultura lusa, como vamos a ir descubriendo poco a poco. Siempre con un tono muy jovial y pop para amenizar la estancia y buscar el gesto risueño en los huéspedes. Algo que también sentimos al entrar en nuestra habitación, la cual no es demasiado grande, pero es tremendamente acogedora y con ese tipo de detalles nos recuerdan que estamos en un hotel especial. Si no, ¿qué explicación tiene que las lamparitas estén cubiertas con máscaras de Star Wars?

En esa habitación, la cama enorme parece invitarnos a echar una siesta y así descansar del viaje hasta Lisboa. Sin embargo somos capaces de resistir la tentación. Tras una ducha reparadora aprovechando los productos orgánicos del tocador, nos vestimos y optamos por tomar algo antes de cenar. Y, ¿qué mejor que subir al rooftop del hotel? Este tipo de azoteas con amplias vistas a la ciudad para gozar de las últimas horas de luz cada día es otra de las señas de identidad de los distintos Mama Shelter repartidos por el mundo. De manera que en una ciudad tan espectacular como la capital portuguesa no podía faltar este mirador privilegiado que incluso permite ver a lo lejos las aguas del estuario del Tajo.

Desde que abrió la terraza hace tres años atrae no solo a turistas y huéspedes del hotel. El rooftop del Mama Shelter de Lisboa también se ha convertido en un punto de encuentro para locales que vienen a menudo a disfrutar de la música y de las habituales sesiones de reconocidos dj’s. Una veladas en las que no puede faltar en las mesas una coctelería de primera.
Es todo un espectáculo observar a los barman preparando con mimo los cócteles propios de la casa y los más clásicos. ¡Por favor, en vuestra próxima visita a Lisboa no solo debéis alojaros en este hotel, también apuntaros que es obligatorio echar un trago en este lugar vibrante que alcanza todo su encanto con la luz del ocaso!

Uno o varios, los que deseéis. Nosotros por hoy nos conformamos con un par y después bajamos al restaurante, situado en la planta calle. Otro lugar en el que conviven los turistas y los lisboetas. En este comedor vuelve a aparece una decoración animosa y de colores vivos, en este caso para abrigar una singular brasserie de aires franceses pero con el espíritu marino de Portugal. Basta observa el techo del restaurante que simula el océano repleto de peces para sentir todo el frescor del vecino Atlántico.
Y, ¿qué comer? Pues se trata de una cocina internacional y sobre todo muy reconfortante. En la carta conviven el humus de origen oriental con los tacos, o los platos de pasta y pizzas compiten con un buen filete. Sin olvidar los pescados, desde el atún o el salmón hasta alguna que otra receta con el bacalao, auténtico emblema de la cocina portuguesa. Todo regado por buenas cervezas o mejor aún por vinos locales, entre ellos el delicioso vinho verde, que pese a su nombre es una delicadeza de color blanco y poco grado alcohólico que marida a la perfección con esta primera noche en Lisboa.

Por hoy no podemos llevarnos mejor sabor de boca que esta alegre y suculenta acogida en el Mama Shelter. Un hotel concebido como un refugio urbano y que desde el primer instante abraza gracias a su diseño y su ambiente lúdico. Cuando lleguéis comprobaréis que la sonrisa del personal es contagiosa y que no os va abandonar durante toda la estancia. Vamos hablando sobre ello camino de la habitación y al sacar la llave leemos en su funda: AMOR DE MAMA, LA CLAVE DE LA FELICIDAD. ¡Es cierto!
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