Las montañas del Rif guardan una joya preciosa, estamos hablando de Chefchaouen. Una ciudad santa que se fundó en 1471 a partir de un asentamiento bereber. Hasta 1920 era un lugar prohibido para los musulmanes. Por suerte, ahora gente de todas las creencias podemos disfrutar de su maravillosa medina de color azul rodeada de naturaleza. ¡Es uno de los lugares más mágicos que ver en Marruecos! Hoy viven unas 40.000 personas en Chefchaouen, la mayoría en la zona más moderna de la ciudad. Te proponemos 12 cosas que hacer en Chefchaouen, la perla azul de Marruecos.
Te contamos cómo llegar a Chefchaouen desde Fez.
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Chefchaouen es tan preciosa que se puede disfrutar con tan solo caminar por la medina. Piérdete entre sus calles teñidas de azul. ¡Hacen de esta ciudad un lugar muy especial! Es un oasis de tranquilidad en comparación con otras ciudades marroquíes. No tengas miedo de perderte, ve por todas las calles, sean grandes o pequeñas. Hay verdaderas maravillas escondidas si te desvías un poco. Como curiosidad, con tantas calles azules, cuando mirábamos al cielo nos parecía gris ¡aunque no había ni una nube!
¿Sabes por qué todo es azul? Hay dos teorías, algunos dicen que fue idea de los judíos que vivían allí en los años 30. Ellos pintaron las fachadas y puertas de azul en señal de libertad y para quitar el color verde que representa al islam. Otras personas dicen que es para ahuyentar a las moscas. ¡Una razón más simple que estética! Sea como sea, les quedó una ciudad de cuento, llena de arcos, porches y escaleras azules.
¿Sabías que Chefchaouen tiene una relación muy estrecha con España? Para entender esto debemos remontarnos a la época medieval. Cuando Moulay Ali Ben Rachid, el fundador de la ciudad, se enamoró de una noble española convertida al islam. Después de casarse se establecieron en el nuevo pueblo y Ali Ben Rachid le prometió que se parecería a Vejer de la Frontera, el lugar de origen de la joven.
En 1920, las tropas españolas tomaron la ciudad y todo el norte de Marruecos como parte del Tratado del Algeciras. Chefchaouen fue territorio español hasta 1956, cuando volvió a ser gestionado por África. Hoy en día aún puedes escuchar mucho español por sus calles. La mayoría de sus habitantes hablan un perfecto español. ¡Es impresionante!
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Mientras callejeas por la medina de Chefchaouen te cruzarás con muchísimos gatos callejeros. Esto es súper común en la mayoría de las ciudades de Marruecos. Los pequeños animales caminan por las calles en busca de restos de alimentos de los mercados. Chefchaouen fue uno de los lugares donde más gatos vimos y son tan adorables que nos entraron ganas de esconder alguno en la maleta.
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Algo imprescindible que hacer en Chefchaouen es visitar su plaza principal. Aquí están la mayoría de los restaurantes y también hay vendedores ambulantes que te intentarán colar sus productos. Es la zona más animada de la ciudad y es que está llena tanto de turistas como de locales. En la Plaza Uta-el-Hammam hay varias bancas alrededor de la plaza donde tomarse un respiro y observar cómo transcurre el día a día de sus habitantes. ¡Es muy curioso!
Durante tu visita a Chefchaouen debes conocer uno de los edificios más importantes, su gran mezquita, en la plaza principal. Se trata de una construcción del siglo XV pensada por el hijo de Ali Ben Rachid, el fundador de la ciudad. Además de tener muchos siglos de historia, llama la atención de todo el mundo gracias a su curioso minarete octagonal.
Aunque no es la mezquita más grande ni impresionante de Marruecos merece la pena contemplarla desde fuera. Si quieres ver una mezquita verdaderamente impresionante, tienes que visitar Casablanca. Como en todas las mezquitas, el acceso a los no musulmanes está prohibido. Así que no te queda más que contemplarla desde fuera.
Otra cosa divertida que hacer en Chefchaouen es dedicarte a encontrar más mezquitas dentro de la medina. A nosotros nos gustó mucho una cercana a la plaza Outa el Hammam, con su minarete blanco impoluto decorado con formas geométricas. ¡Todas son impresionantes!
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Cuando estés en la plaza Outa el Hammam verás los muros de la Kasbah o Alcazaba. Por sólo 10 dirhams (1€) puedes entrar a explorarla. En el interior está el Museo de la Kasbah, donde están expuestos instrumentos musicales, trajes tradicionales, armas y objetos de cerámica. También hay una colección de fotos antiguas para que veas cómo era Chefchaouen hace unas décadas. ¡Es súper interesante!
No te olvides de subir a sus torres para tener una vista panorámica y entrar en un par de antiguas celdas, ya que el espacio funcionó como prisión. ¡Se te pondrá la piel de gallina! También hay un pequeño jardín andalusí con un precioso patio central.
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La preciosa ciudad de Chefchaouen también es digna de admirar desde la altura. No te conformes con ver los edificios azules desde las calles. Puedes ir a un mirador para ver Chefchaouen. Te recomendamos que salgas por la puerta este de la medina, Bab al Ansar. Después debes caminar unos 40 minutos hacia arriba. ¡La caminata valdrá la pena!
En lo alto de la colina está la mezquita española, que se construyó en 1920. Pero nunca se ganó el cariño de los locales y quedó abandonada, aunque fue restaurada recientemente. Sus alrededores son un lugar muy tranquilo desde donde contemplar el contraste del azul de la ciudad con el verde de las montañas. Es un paisaje súper pintoresco.
Ir a los lavaderos de Ras-el-Ma no es una visita muy común que hacer en Chefchaouen. ¡Pero es una pena porque es muy auténtico! Allí podrás ver el verdadero día a día marroquí con las mujeres lavando aquellas prendas que no pueden lavar en casa. Antes, este lugar solía ser más frecuentado años atrás, cuando las lavadoras aún no habían llegado a los hogares. ¡Es una labor bastante ardua!
Lo curioso es conocer cómo funcionan los lavaderos de Ras-el-Ma. Las personas aprovechan el agua que baja del río que lleva el mismo nombre del lavadero, incluso hay algunas pequeñas cascadas por allí. Hoy la tecnología lo ha hecho más fácil, pero aún hay personas que van a lavar allí.
Llevarte un recuerdo de tu visita a Chefchaouen es imprescindible. Querrás comprar mil objetos para decorar la casa. Y es que las calles de Chefchaouen son una galería de arte, con un montón de tiendas y puestecitos. Aquí puedes encontrar de todo un poco, alfombras, sombreros, cuadros, imanes, cajitas, joyas y muchas cosas más. Eso sí, tendrás que poner en práctica tus dotes para regatear y conseguir un buen precio.
Debemos admitir que comprar aquí fue más relajado que en otras ciudades, especialmente en las más turísticas. Ya que los vendedores en Chefchaouen no nos parecieron tan insistentes. ¡Así da gusto comprar!
¿Buscas algo diferente que hacer en Chefchaouen? Puede visitar una plantación de marihuana. Sí, es una actividad fuera de lo común y llamativa. En los alrededores de la ciudad hay un montón, de hecho, esta es la razón por la que mucha gente la visita. Es muy probable que te ofrezcan kif mientras paseas por el centro, aunque su consumo es totalmente ilegal. Aun así, si por curiosidad quieres visitar la plantación no haces daño a nadie.
Explorar los senderos que rodean el precioso centro azul de la ciudad es una gran idea que hacer en Chefchaouen. Te encontrarás con rincones naturales espectaculares. Hay muchas personas que visitan Marruecos en busca de aventura y se van a hacer algún trekking por las montañas del Atlas. Pero, si estás en Chefchaouen y te gusta caminar por la montaña, no menosprecies el Rif.
Alrededor de la ville bleue está el parque nacional de Talassemtane, un espacio verde donde se conservan los últimos abetos del país. Hay varias rutas con distinta duración, puedes pasar uno o varios días explorando la zona. Eso sí debes ir preparado, con suficiente hidratación, ropa y zapatos cómodos.
Nuestra lista de las mejores cosas que ver y que hacer en Chefchaouen no estaría completa sin las cascadas de Akchour. Se encuentran dentro del parque de Talassemtane y son unas cascadas ideales para darse un chapuzón. Tardarás una media hora en coche para llegar al inicio del camino, aunque si no tienes vehículo propio desde tu alojamiento te ayudarán a encontrar transporte.
Este es un lugar bastante turístico, así que puedes ir incluso en grand taxi. Desde el punto de inicio y hasta llegar a la cascada debes caminar unas dos horas. Ve preparado porque hay tramos algo complicados. Así que si vas a visitar las cascadas de Akchour no improvises, usa tus zapatos más cómodos, lleva mucha agua y un par de snacks para recargar baterías. ¡Es una de las mejores cosas que hacer en Chefchaouen!
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