Visitar la Casa de Ana Frank es de las atracciones más importantes que ver en Holanda. La historia de Ana es una de las más conocidas entre los seis millones de judíos que fueron asesinados en el Holocausto. Hoy es un museo que permite conocer lo que fue el escondite de ella y siete personas más durante dos años. Además, aquí está expuesto el famoso Diario de Ana Frank. En este post te contamos todos los detalles imprescindibles para visitar la Casa de Ana Frank.
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Ana Frank fue una niña alemana con ascendencia judía. Nació en Frankfurt el 12 de junio de 1929 pero vivió ahí sólo hasta los cinco años de edad. Su padre decidió trasladar a toda su familia a Países Bajos por la situación que se avecinaba por el hecho de ser judíos en Alemania. Hitler ya instauraba odio contra los judíos y los culpaba de los problemas del país.
Ámsterdam se volvió el nuevo hogar de los Frank. Ana creció en el barrio Rivierenbuurt, conoció a su mejor amiga Hannah Goslar e iba a una escuela pública. Cuando Ana tenía 10 años, estalló la Segunda Guerra Mundial con la invasión de la Alemania Nazi a Polonia. Aun así, su vida transcurría normal porque su padre evitaba que las hijas conozcan la verdadera realidad.
Lamentablemente el exilio en Ámsterdam no fue suficiente para huir de los nazis. El 10 de mayo de 1940, Países Bajos fue invadido y empezó el infierno para los judíos en este país, incluidos los Frank. Las restricciones para los judíos no cesaban y se fortalecían.
Poco a poco, a los judíos les prohibían ir a lugares como el cine, parques e incluso a la escuela normal. Por lo que Ana tuvo que ser separada de sus amigas y asistir a una escuela judía. Incluso su padre fue expropiado de su compañía.
El destino final de Ana y su hermana fue el campo de Bergen-Belsen. Allí vivían en condiciones miserables y realizaba trabajos forzados. Sin comida, hacinadas y en un frío extremo, llegó una ola de fiebre tifoidea al lugar. En febrero de 1945, ambas fallecieron por esta enfermedad, primero Margot y luego Ana con apenas 15 años de edad. Dos meses más tarde, el campo fue liberado por tropas británicas. De las 8 personas que habitaban en el anexo secreto, sólo Otto Frank sobrevivió.
Sin embargo, Ana Frank se hizo famosa por escribir un diario donde relataba todas sus vivencias en la casa.
Su nombre completo era Annelies Marie Frank, pero el mundo entero la conoce como Ana Frank. Su fama se debe al diario que escribió mientras estaba escondida junto a su familia. El diario fue un regalo en su cumpleaños número 13, casi un mes antes de esconderse. Ana registró a detalle todo lo que ocurría en el escondite, las noticias que escuchaban sobre la guerra y los judíos, al igual que sus sentimientos y pensamientos.
La última fecha que Ana escribió en su diario fue el 1 de agosto de 1944, tres días antes de que el escondite fuera descubierto. La secretaria de Otto, Miep Giez, ayudaba a la familia durante su escondite y tras el arresto recogió algunas pertenencias, entre ellas el diario de Ana. Giez se lo entregó a Otto, el único sobreviviente de la casa, tras enterarse de la muerte de su esposa e hijas.
Cuando Otto empieza a leer el diario de Ana se da cuenta del detalle y la profundidad con la que relata su hija todas las vivencias. El sueño de Ana, tal como lo indica en su diario, era convertirse en una escritora famosa. Así que su padre decidió publicarlo. En 1947, se lanzó el diario de Ana bajo el título de La casa de atrás.
Tras su publicación, el diario se popularizó mundialmente gracias a una adaptación en una obra de teatro en 1955. Desde entonces ha sido traducido a casi 70 idiomas y se convirtió en uno de los libros más leídos. También es considerado el registro más importante e inspirador acerca de la persecución de los judíos.
El diario original fue escrito en neerlandés y está expuesto en la Casa de Ana Frank en Ámsterdam. ¡Es un tesoro para la historia y la literatura!
La Casa de Ana Frank fue el escondite de 8 personas durante dos años. Otto Frank lo había construido desde hace algún tiempo detrás del edificio de su empresa. No fue hasta el 6 de julio de 1942 cuando tuvieron que ocultarse de manera anticipada.
El día anterior, su hermana Margot recibió un aviso para presentarse a trabajar en la Alemania nazi. La incertidumbre y desconfianza les hizo tomar la decisión de refugiarse sin que nadie lo sospeche. Incluso dejaron una nota en su antiguo hogar para aparentar que huyeron a Suiza.
En el escondite, las ocho personas dependían completamente de seis ayudantes. Entre ellos estaban empleados y amigos del padre de Ana. Ellos proporcionaron comida, ropa, libros, revistas y periódicos. ¡Su ayuda fue vital!
Entre ellas estaban la familia Frank, la familia Van Pels y Fritz Pfeffer. La fachada principal que verás desde la calle no es precisamente el escondite. En realidad, se trata de una extensión en la parte de atrás de la fábrica de su padre de 46,45 metros cuadrados. Lo que más impresiona es que el pequeño escondite se encontraba tras un librero. ¡Pasaba totalmente desapercibido!
En el escondite, tal como lo relata Ana en su diario, debían tener mucho cuidado durante el día. Ya que abajo de ellos se encontraban trabajadores de la empresa y no sabían de su existencia. Su día tenía que ser muy silencioso, evitar caminar y hasta hablar con tal de no ser escuchados. Por ejemplo, Ana pasaba su día leyendo libros, estudiando y escribiendo en su diario.
El escondite funcionó durante dos años hasta que el 4 de agosto de 1944 fue descubierto por la policía alemana. Todos fueron arrestados y deportados hacia campos de concentración. Hasta hoy se desconoce con exactitud cómo fue que la policía alemana encontró el escondite. Existen algunas versiones de esto. Unos dicen que alguien los delató y otros indican que las autoridades hacían una requisa común.
Este histórico lugar iba a ser demolido después de que la empresa trasladara sus operaciones y el edificio fuera vendido. Afortunadamente, un periódico neerlandés efectuó una campaña para salvar el edificio y considerarlo como propiedad protegida. El día de la demolición hubo una protesta afuera del lugar y esta fue suspendida. Así, el padre de Ana inició la Fundación Ana Frank para reunir fondos con el fin de comprar y restaurar el edificio.
Finalmente, los propietarios del edificio decidieron donarlo a la fundación. El Anexo Secreto o Achterhuis, como lo llamó Ana en su diario, abrió sus puertas oficialmente el 3 de mayo de 1960.
Para visitar la Casa de Ana Frank es importante que sepas en dónde está ubicada. La fábrica de Otto Frank que oculta el anexo secreto se encuentra en la calle Prinsengracht 263, en el centro de Ámsterdam.
La fachada del escondite no se puede ver desde las calles de afuera, tampoco desde el interior del museo. La entrada al museo está a la vuelta de la esquina, en Westermarkt 20.
Llegar a la Casa de Ana Frank es realmente sencillo. Está ubicada en el centro de la ciudad y tienes algunas opciones para trasladarte hasta ahí.
Si caminas desde la estación central de Ámsterdam tardarás alrededor de 20 minutos en llegar al museo. La distancia es de 1,5 kilómetros, ¡casi nada!
Otra alternativa es tomar el tranvía. Desde la misma estación central puedes tomar las líneas 13 o 17 que te acercarán a la Casa de Ana Frank. Tendrás que bajarte en la parada Westermarkt y caminar unos 3 minutos.
Si vas en metro desde la estación central tendrás que llegar hasta la parada Rokin de la línea 52. Una vez ahí tienes que caminar 14 minutos hasta la Casa de Ana Frank.
A continuación, te detallamos los precios y el horario para visitar la Casa de Ana Frank.
Toma en cuenta que sólo puedes comprar en línea los billetes para visitar la Casa de Ana Frank. El museo ofrece dos tarifas, una que abarca la entrada al lugar y otra que incluye un programa introductorio de 30 minutos en inglés.
El museo abre todos los días desde las 09:00h hasta las 22:00h. Aunque algunos días del año existen ciertas excepciones que las puedes revisar en la página oficial.
La última entrada a la Casa de Ana Frank es a las 20:45h – 21:00h.
Para visitar la Casa de Ana Frank te recomendamos llegar unos 20 minutos antes de la hora que indica tu billete. El lugar acostumbra a recibir multitudes de turistas, así que no juegues con el tiempo. Recuerda que la entrada al museo está en Westermarkt 20 y no en la fachada principal del edificio en Prinsengracht 263. ¡No te confundas!
Todo está muy bien organizado. Si tienes un billete normal, vas en grupo o pagaste por el programa introductorio, siempre hay personal del museo que da indicaciones para el ingreso. Puedes presentar el E-ticket que te llegará al correo, este tiene un código QR. ¡No necesitas imprimirlo!
Si compraste el billete que incluye el programa introductorio, pasarás hacia una sala aparte. Aquí, personal del museo te contará la historia de Ana Frank y el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Además, esta es la única sala donde podrás ver la verdadera fachada del anexo escondido. Esto toma alrededor de 30 minutos, luego empezará tu visita.
El precio de cualquier billete incluye una audioguía. ¡Es muy fácil de utilizar! Sólo tienes que escanear los códigos en las paredes mientras avanzas por el museo. El lugar es bastante tranquilo y silencioso.
No hay un límite de tiempo para visitar la casa de Ana Frank. Aunque el promedio de duración de una visita es de una hora. A nosotros nos tomó alrededor de dos horas. Fuimos lento, apreciando cada detalle del lugar. ¡Visitar la Casa de Ana Frank fue muy interesante!
A continuación, te contamos lo más destacado del museo. También puedes hacer un tour virtual para explorar la Casa de Ana Frank. ¡Aunque lo mejor es verla en vivo y en directo! Antes de llegar al anexo atravesarás las oficinas de lo que solía ser la compañía del padre de Ana.
Todo el recorrido está muy bien señalizado. Si llevas mochila te pedirán que la cargues delante de ti porque el espacio es algo estrecho. Hay muchas personas que asisten al lugar por lo que mantener el orden durante tu visita es esencial. ¡Recuerda que todos quieren ver lo mismo que tú!
8.1. El librero, la entrada al escondite
Después de recorrer la fábrica y oficinas de la empresa de Otto Frank, llegarás a una pequeña habitación. Aquí se encuentra el librero que ocultaba la entrada al anexo secreto de Ana Frank, su familia y cuatro personas más. Esta famosa estantería de libros es de los pocos objetos originales que se han podido conservar. El librero está protegido por un cristal y no lo puedes topar. ¡Es una reliquia para la historia!
Esta parte del recorrido realmente fue algo impactante para nosotros. Al recordar que un grupo de 8 personas se ocultó detrás del librero durante dos años y tristemente después fueron asesinados, a excepción de Otto Frank. Pensar que sus esfuerzos y cautela de todos los días, al final no sirvieron para salvarlos de odio de los nazis. ¡Visitar la Casa de Ana Frank te hace reflexionar muchísimo!
Prepárate para subir y bajar varias escaleras ¡nada comunes! Son muy estrechas y debes tener cuidado al subir. Notarás que mucha gente hace fila antes de cada grada, lo mejor es esperar que pase una persona a la vez.
Ana incluso escribió sobre las escaleras del anexo en su diario. Las utilizaba para combatir el miedo que sentía cuando escuchaba el sonido de la artillería alemana, los bombardeos y combates aéreos. El 2 de junio de 1944, Ana escribió:
“A las primeras explosiones fuertes, uno corre hacia las escaleras de madera más cercanas, las sube y las baja y se asegura, en el curso de estas repeticiones, de caer al menos una vez, aunque sea suavemente. Los cortes, los rasguños y el ruido de correr y caer hacen que uno esté demasiado preocupado para escuchar los disparos y no piense más en eso…”
Esta es la primera habitación a la que ingresarás del anexo secreto. Aunque la verás vacía, tienes que imaginarte que era la habitación de tres personas: Otto, Edith y Margot Frank. ¡Bastante estrecha si lo piensas! Además, durante el día se convertía en la sala de estar para todos en casa.
Visitar la habitación de Ana es muy interesante, aún se conservan algunas de las imágenes que tenía colgadas en su pared. Aunque el lugar está vacío, basta imaginar todo lo que ella vivió e incluso escribió en su diario dentro de estas pequeñas paredes.
La habitación no era sólo de ella, sino también de Fritz Pfeffer, un hombre de la edad de su padre a quien también le permitieron refugiarse en el anexo secreto. En su diario, Ana relata las tensiones que tenía con el extraño hombre al compartir la habitación.
Este baño solo contaba con un lavabo y un inodoro, el que verás expuesto es original. Compartir un sólo baño con ocho personas podía ser muy difícil por eso cada uno tenía un turno. El de Ana Frank por las noches era desde las 21:00h hasta las 21:30h.
Por la mañana la historia era otra. Entre las 08:30h y las 09:00h el inodoro y el lavabo no se podían usar en lo absoluto, ya que las tuberías pasaban directamente por el almacén. Los trabajadores, que no sabían del escondite, comenzaban antes que los ayudantes que estaban en las oficinas. ¡Tenían un cuidado extremo!
Cuando los ayudantes habían comenzado su jornada laboral a las nueve en punto, las personas escondidas en el anexo podían utilizar el inodoro. ¡Aun así, no podían hacerlo con mucha frecuencia para no levantar sospechas!
El mueble de la cocina que se expone aquí también es original. Aquí, las ocho personas escondidas en el anexo cocinaban y comían juntas. Además, escuchaban la radio con la esperanza de escuchar noticias alentadoras. Este lugar es el más amplio del anexo, pero también era la habitación de Hermann y Auguste van Pels.
El Diario de Ana Frank es uno de los objetos más valiosos del lugar. Ana escribía sus pensamientos y registraba todo lo que ocurría en el escondite en las páginas de su diario. El original fue rescatado por una de las ayudantes luego del arresto de Ana y su familia. Hoy se exhibe en una parte del museo. ¡Podrás ver los escritos de Ana Frank muy cerca!
Durante nuestra visita al museo, este fue el único lugar donde hicimos cola para poder observar las hojas sueltas escritas por Ana al igual que su diario. ¡Todo está muy bien explicado y vale la pena cada segundo!
Te dejamos algunos consejos muy útiles para visitar la Casa de Ana Frank. Si visitas Ámsterdam, esta es una parada obligatoria.
Te recomendamos que compres tus billetes con anticipación. Si esperas a última hora, corres el riesgo de que estén agotados. Hay varios turnos a lo largo del día, sin embargo, la demanda para visitar el lugar es alta. ¡Así que no te confíes!
Aunque el museo cuenta con un guardarropa, este no es apto para equipaje grande. Así que encarga tus maletas en el hotel. Sólo están autorizadas mochilas pequeñas que tendrás que cargar delante de ti para evitar cualquier accidente. Recuerda que la Casa de Ana Frank es un sitio estrecho.
Si no llegas a tiempo a tu cita, no podrás realizar un reembolso. Así que te recomendamos ir 20 minutos antes de la hora agendada por cualquier contratiempo.
El anexo secreto es un lugar estrecho, especialmente las escaleras. Así que te recomendamos que utilices ropa y zapatos cómodos para moverte sin dificultad por el lugar. Si eres mujer, evita vestidos y faldas porque las escaleras son muy empinadas y tendrás a un par de personas detrás de ti. Además, en algunos sitios el suelo está cubierto de un cristal por lo que es más adecuado llevar pantalones para visitar la Casa de Ana Frank.
Una muy buena opción para conocer más sobre Ámsterdam, Ana Frank y el barrio judío es reservar un tour. El valor no incluye la entrada a la Casa de Ana Frank, ya que la página web del museo es la única que vende los billetes.
Una gran idea es leer el Diario de Ana Frank antes de visitar el museo. Te dará un contexto de todo y sentirás una conexión en cada rincón. Sino te da tiempo, leer este post será suficiente para informarte de todo antes de visitar la Casa de Ana Frank.
A diferencia de otros museos, la audioguía está muy bien hecha, es fácil de usar y llevar. Así que será de gran ayuda para conocer cada detalle de Ana Frank y el anexo secreto. Además, está disponible en 9 idiomas.
A continuación, respondemos algunas preguntas frecuentes para visitar la Casa de Ana Frank. Si tienes alguna otra duda escríbenos un comentario.
La verdad es que no vale la pena pagar 7 euros más por esta tarifa. Nosotros la compramos porque se habían agotado la de tarifa normal para la fecha que destinamos ir a este museo. El problema es que en el programa introductorio te contarán lo mismo que escucharás en la audioguía.
La gran diferencia es que, desde la sala donde recibes esta introducción es el único lugar dentro del museo donde podrás observar la fachada del anexo secreto.
Aunque no hay una restricción como tal para el ingreso, el propio museo recomienda una edad mínima de 10 años, bajo el juicio de los padres. Recuerda que este es un lugar histórico, importante y requiere de mucha seriedad.
Tomar fotos está prohibido en el lugar, con el fin de preservar los objetos originales de la Casa de Ana Frank. ¡Lo mejor es dedicarse a admirar cada rincón del lugar y escuchar su historia!
Lastimosamente, la parte antigua del museo y el anexo secreto no son accesibles para personas en sillas de ruedas. Las escaleras del lugar son antiguas y muy empinadas. No hay ascensor por lo que las personas con dificultades para caminar o en silla de ruedas solo pueden visitar la parte moderna del museo, la exposición temporal, la cafetería y la tienda del museo.
La entrada Visitar la Casa de Ana Frank: guía y consejos se publicó primero en Los Traveleros.